Era tarde y aun muchas cosas por hacer. Desanimado y cansado comencé mi rutina de cada tarde, soñar.
Soñé con castillos y altas torres, soñé en grandes valles y desiertos, soñé con la luz del amanecer, y de nuevo, tu cara invadía mi pensamiento. La alegría llenaba mi cuerpo y me sentí dichoso una vez mas.
Prometo que lo he intentado, pero cada vez que sueño me doy cuenta que tu eres lo que realmente deseo.
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