Recorriste mil lugares donde conociste a mil personas, donde te encontraste con mil ideas y aprendiste mil maneras de expresarte. Mil notas musicales fueron las que marcaron tu viaje, mil segundos, mil instantes.
Con mil abrazos te despediste y mil besos en aquel entonces no significaban nada. Otras mil lágrimas contaron tus mil historias, tus victorias, pues no existe la derrota.
Un millar de corazones valientes caminaban a tu alrededor, un millar de emociones se expresan con mil caricias, con mil miradas de ternura.
Todo adquiere su valor a lo largo del camino, donde mil años o mil segundos pueden significar lo mismo, donde mil palabras no bastan para describir el mínimo detalle, ninguno de esos mil sentimientos.
Y todo esto ocurre porque siempre nos empeñamos en subir al tren pudiendo caminar por las vías.